Lo que pasa cuando tu cuerpo se mueve poco (y cómo evitar que pase factura)
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Toggle¿Por qué empiezo a notar molestias si “no he hecho nada”?
Porque el cuerpo no está pensado para estar quieto. Cuando pasas muchas horas sentado o te mueves poco durante el día, tus músculos trabajan menos, tus articulaciones se vuelven más rígidas y tu circulación se enlentece. Todo esto hace que aparezcan sensaciones de pesadez, tirantez, rigidez o dolor sin una causa concreta. No es un problema de edad. Ni de postura. Es simplemente falta de movimiento
Qué le pasa realmente a los músculos cuando te mueves poco?
La evidencia muestra que la pérdida de fuerza empieza antes de lo que imaginamos. En apenas dos o tres semanas de inactividad los músculos ya comienzan a debilitarse. Al estar más “apagados”, otras zonas del cuerpo tienen que compensar para que sigas moviéndote, y ahí empiezan muchas molestias típicas: subir escaleras cansa más, cuesta más incorporarse del sofá y notas sensaciones de rigidez en cuello o espalda.
¿Por qué se me quedan las articulaciones rígidas?
Las articulaciones necesitan movimiento para nutrirse internamente. Cuando pasas demasiado tiempo sentado, esa “nutrición” disminuye y aparece la rigidez al levantarte, cambiar de postura o empezar a caminar. No significa que tengas una lesión; significa que el cuerpo está pidiendo actividad.
¿Puede influir la circulación?
Sí. Estar sentado largos periodos reduce el flujo sanguíneo, sobre todo en piernas, zona lumbar y cuello. Esto puede generar sensación de pesadez, hormigueos, espalda cargada o rigidez cervical. Moverte varias veces a lo largo del día mejora la circulación, oxigena los tejidos y disminuye la sensación de dolor.
¿Qué dice la ciencia sobre el movimiento y el dolor?
Las guías clínicas actuales coinciden en que el movimiento regular es una de las herramientas más eficaces para reducir el dolor musculoesquelético. No se trata de hacer entrenamientos intensos, sino de incorporar pequeñas dosis de actividad durante el día. El cuerpo mejora cuando se mueve.
¿Qué puedo hacer para salir del “modo ahorro”?
No necesitas grandes esfuerzos. Pequeños cambios repetidos funcionan mejor que una sesión esporádica de ejercicio. Levantarte cada 45–60 minutos, caminar 10 minutos al día, hacer algunos ejercicios sencillos de movilidad o realizar sentadillas cómodas ya genera un impacto positivo. Mantener una buena hidratación también ayuda.
¿Y si ya tengo dolor?
No significa que hayas hecho nada mal. Significa que tu cuerpo necesita atención, movimiento guiado y tratamiento específico.
En Carabel Fisioterapia trabajamos con:
- ejercicio terapéutico adaptado a tu ritmo
- técnicas manuales
- tecnología avanzada (ecógrafo, Winback, neuromodulación…)
- un plan de mejora realista
Para que tu cuerpo salga del modo ahorro y vuelva al modo “vida normal sin dolor”.
El modo ahorro de energía puede ser útil un día puntual, pero no es una forma de vivir. El cansancio constante, la rigidez y el dolor que aparece sin más no son normales: son señales de que el cuerpo necesita moverse. Con pequeños cambios y un buen acompañamiento, puedes volver a una vida activa y sin molestias.
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Sobre el autor del texto
Ana carabel fisioterapia
Soy fisioterapeuta y durante años he trabajado en clínica privada, donde además tuve la oportunidad
de dirigir equipos de fisioterapeutas
